Los Fans y los Seguidores, ni se compran ni se intercambian

naturaleza muerta que ilustra el concepto de ética
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En un mundo en el que las redes sociales se han convertido en el centro de las actividades sociales; donde se generan miles de comentarios, expresiones y opiniones al día, es inevitable que las empresas tengan también su interés por estar presentes y poder interactuar con sus seguidores con el fín de promocionar sus servicios, la cuestión que se nos plantea es ¿A qué precio? Y ¿Con qué métodos?

En las redes sociales más populares como Facebook o Twitter, teóricamente, los usuarios que se convierten en Fans o seguidores de una marca se debe a la sencilla razón de que desean mantener un contacto directo con ella y poder opinar, colaborar, participar y seguir informados sobre todo lo que le acontece. Para conseguir llegar a esto, las empresas se emplean a fondo lanzando a través de estos medios todo tipo de información y promociones para conseguir sus objetivos: captar la atención del usuario, una mayor publicidad y actividad en su perfil social.

La trampa.

Sin embargo, algunas de estas empresas que comienzan su actividad en estas plataformas buscan una fórmula rápida para evitar el trabajoso camino de comenzar desde 0, pasando directamente a cientos o miles de fans de la noche a la mañana, por lo que recurren a la compra de fans que se ofrecen “en packs” a través de terceras empresas especializadas en esta práctica tan mal vista por el resto.

Las ofertas que lanzan este tipo de empresas dedicadas a la venta y cesión de fans son del todo tentadoras para aquellas otras que no encuentran la fórmula, o no quieren, comenzar con su propio esfuerzo y actividad social desde el principio. Paquetes desde 1.000 hasta 100.000 nuevos fans en un momento, o intercambios de seguidores entre redes sociales a cambio de otras interacciones sociales, son las ofertas que anuncian este tipo de empresas como fancitos.comlowcostfans.com o plataformas de anuncios como Myntmarket o Fiverr donde particulares y empresas también publican este tipo de servicios. El resultado es el mismo: Un aumento desproporcionado de seguidores para una empresa con un volumen reducido y capacidades muy limitadas.

Las diferencias.

Los fans reales, se convierten en seguidores de una marca motivados y llamados por el “afecto” que puedan sentir en relación con sus productos o servicios, o simplemente por la información que proporciona una web. Voluntariamente promueven actividades relacionadas con la marca, colaboran en propuestas que se lanzan, difunden noticias y realizan una multitud de interacciones que permiten que la empresa consiga cada vez más seguidores gracias a esta actividad viral que le realiza automáticamente los usuarios.

No ocurre lo mismo en aquellos que consiguen seguidores mediante el proceso de “compra por packs”. En este caso este tipo de nuevos usuarios no cuenta con el perfil como medio por el que desarrollar su actividad social diaria ni siente ningún tipo de afecto ni conocimiento sobre la empresa en cuestión, por lo que no realizará ningún tipo de tarea que tenga que ver con la marca. Es decir, la empresa nos hará creer que tiene miles de seguidores con el propósito de que nosotros mismos nos animemos a seguirles. El pensamiento lógico y natural de la gente en un primer momento es creer que si miles de personas son fans de tal o tal empresa, será por algo y acaban pulsando el botón “Me gusta” de Facebook o “Seguir” de Twitter.

¿Cómo detectarlo?

Sus señales son muy evidentes, basta con acceder al perfil social en cuestión de la empresa y observar el comportamiento de sus seguidores, sus comentarios o su interacción con la empresa. Nos llamará la atención porque contará con un índice muy bajo de participación en relación con la cantidad desproporcionada de fans.

En Facebook se incorporan una serie de novedades desde hace unos meses en las estadísticas de la empresa, donde podremos ver la evolución de sus nuevos “Me gusta” mediante una gráfica, en la que veremos varios picos muy llamativos y ascendentes en los que se registra un aumento de miles de usuarios de golpe y después un descenso en picado, esto es un claro signo de compra de seguidores a través de este tipo de empresas. Para ello sólo debemos pulsar sobre el boton «Me gusta» que aparece en la cabecera de Facebook.

Luego, en la grafica que aparece, deberíamos ver un cierto paralelismo entre las líneas que definen los nuevos seguidores y la de los nuevos comentarios. Resultaría curioso que un perfil de Facebook con 100.000 seguidores generase sólo 25 comentarios.

Por otra parte, existen páginas web como Fakers-Status People que permiten determinar la cantidad de seguidores inactivos o falsos de una cuenta de Twitter.

Las conclusiones son muy sencillas: comprar o compartir seguidores mediante las ofertas que lanzan este tipo de empresas, sólo hacen engordar el número de fans, pero en cuanto se detecte, los efectos pueden resultar negativos e influir en la imagen que proyecta la empresa, por lo que recomendamos que tengáis paciencia y seáis constantes en vuestro trabajo en las redes sociales. Aunque los inicios sean en muchos casos difíciles, a medio plazo os sentiréis orgullosos de ver como crecer vuestros seguidores.

¿Conoces alguna herramienta que permita detectar esas webs o empresas con seguidores falsos?

Y ya que estamos hablando de seguidores en las redes sociales, y sin querer influenciarte, ¿te gusta lo que hacemos en PlaneaWeb? Si tu respuesta es que Sí, conviértete en uno de nuestros seguidores en Twitter o Facebook.

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